Los lanzallamas, el caro y peligroso juguete de las barbacoas americanas

Por Evasión | 9:16 - 4/09/2015

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Las diferencias entre el viejo y el nuevo continente son muchas. Europa y Estados Unidos, a pesar de ser dos de las zonas más poderosas de la tierra, cosechan puntos de vista diferentes en muchos aspectos. Uno de ellos es precisamente la posibilidad de que un ciudadano cualquiera pueda tener un arma.

El ciudadano americano está acostumbrado a la posesión de armas y muchos de ellos lo sienten como un derecho. Es más, la segunda enmienda de la constitución de los Estados Unidos dice: 'Siendo una milicia bien regulada necesaria para la seguridad de un estado libre, el derecho del Pueblo a tener y portar armas no será vulnerado'.

En base a esta premisa se pude deducir que los lanzallamas, un terrible arma de guerra, también se pueden ser usados y tenidos por un ciudadano normal.

La realidad es esa. En Estados Unidos las personas pueden tener un lanzallamas en su casa. Sin embargo, este derecho o esta libertad no subyace a la Segunda enmienda de la constitución sino que en Norteamérica el lanzallamas está considerado un dispositivo de diversión.

Cleveland Throwflame es una de las muchas empresas americanas que se dedican a la venta y distribución de estos artilugios incandescentes. Por la cifra de unos 1600 dólares, todo el que quiera puede tener un lanzallamas en su casa.

Un precio no elevado teniendo en cuenta las necesarias medidas y tests de seguridad que necesitan estos artilugios. Sin embargo, lo que no tiene precio es pavonearse, delante del cuñado, del lanzallamas que te has comprado durante la paella familiar de los domingos. Este es un ejemplo hipotético y españolizado, pero la realidad no es muy lejana al ejemplo. El CEO de la empresa de venta de lanzallamas Throwflame Quinn Whitehead, Ion Chris Byars, confesó a CNNMoney que "las personas sólo lo quieren por diversión. Impresionar a los vecinos en la barbacoa"

Sea por el motivo que sea, los lanzallamas son un arma de guerra cuyo origen se remonta a la época del imperio Bizantino y que fueron usadas hasta el final de la cruenta guerra de Vietnam.

Aunque el temor al fuego es un miedo instintivo del ser humano, parece que este miedo está ausente en el padre de familia-rey de las barbacoas americano y desde Cleveland Throwflame se asegura que ninguna persona ha muerto por la acción de alguno de sus lanzallamas. Así que ala, a jugar a quien tiene la llamarada mas larga.

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