El incendiario de Vega de Espinareda vació antes del incendio varios depósitos de agua
La Guardia Civil investiga los sabotajes en depósitos de agua, previos a prender fuego en cuatro puntos. La voracidad de las llamas, que asolaron castaños centenarios, aterró a los vecinos de Espinareda
MANUEL FÉLIX | ESPINAREDA
28/07/2015
28/07/2015
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A Policarpo Gavela le quemaron 14.000 pinos de 20 años de vida. Su amigo Severino Álvarez contenía la emoción a trompicones al caminar por un monte negro, cenizo y polvoriento. Un suelo convertido ahora en terruño inerte, con esqueletos de árboles como los castaños centenarios que le destrozaron; esos mismos que le reportaban unos buenos euros de castañas cada año, con troncos inabarcables por media docena de hombres.
«¡Todo se ha ido a la mierda, con perdón!», resumía ayer con la luz del amanecer otro vecino de Espinareda de Vega, apesadumbrado al ver sobre el terreno los efectos de la catástrofe ecológica causada por la acción del pirómano (se investiga si hay plural en esta acción delictiva) que prendió fuego en cuatro puntos diferentes de la ladera sureste de Vega de Espinareda.
La cara de José Ochoa era igualmente el poema de la desventura. Parecía caerle el alma a los pies al contemplar desde su modesta moto la devastación que ocasionaron las kilométricas lenguas de fuego que asoló en la noche del domingo al lunes la frondosa ladera de Vega de Espinareda.
Sospechas de la autoría
Muy pocas cosas se mueven en las calles de los pueblos sin que alguien vea algo sospechoso. Ayer varios vecinos consultados por este periódico daban alguna pista que está siguiendo la Guardia Civil.
En la zona conocida como el Carballal hay un colmenar que fue pasto de las llamas, y se da la circunstancia que, dos días antes de que prendiesen fuego al monte, alguien provocó un sabotaje en los diez depósitos de agua que tenía el dueño para que las abejas calmasen más cerca su sed. Alguien abrió el grifo de los diez depósitos de agua allí colocados y 10.000 litros se fueron por el monte abajo antes del incendio.
Curiosamente en una finca no muy alejada del colmenar, pero en otra vertiente de la ladera, hay otra finca con alpendre para animales. También aquí su dueño ha visto como alguien manejó el grifo del depósito y el agua que podía haber atajado en un primer momento un posible fuego se fue sin más terreno abajo.
El Bierzo había estado rodeado de fuegos puntuales a lo largo de este verano, pero el de este fin de semana, que obligó a la Junta a declarar el nivel Infocal 2 de peligrosidad por acercarse a los pueblos, ha sido uno de los más destructivos. Y pudo haber sido peor, dado que el gran despliegue de medios aéreos y terrestres, con la movilización del Ejército (la UME) evitó con un gran cortafuego construido de noche en la cima del monte que las llamas no enfilaran, con el efecto del viento, hacia la riqueza forestal de Ocero, ya en el municipio de Sancedo.
Pateando ayer el monte parecía increíble que las lenguas de fuego de veinte metros de altura estuvieran controladas ya a media mañana. Hidroaviones, helicópteros y 66 personas en tierra refrescaron la zona para evitar que se reprodujera.
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